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La estafa de los Logan (Logan Lucky, Estados Unidos 2017). Dirección: Steven Soderbergh. Guión: Rebecca Blunt. Protagonistas: Channing Tatum, Daniel Craig, Seth Mcfarland, Katie Holmes, Riley Keough, Kathernie Watterson y Hillary Swank. Duración: 118 minutos.
“La estafa de los Logan” es el título de la nueva película del director ganador de un Oscar como mejordirector por “Traffic” en el 2000: Steven Soderbergh. Acá vuelve a contar una historia de una banda de ladrones, que busca robar la recaudación de una carrera de autos conocida como NASCAR. Pero acá se aleja de la elegancia de la trilogía de “La gran estafa” (Ocean’s eleven; Ocean’s twelve; Ocean’s trirteen Steven Soderbergh 2001, 2004 y 2007), para mostrarnos a un grupo de trabajadores caídos en desgracia que en apariencia no tienen muchas luces, y es muy probable que todo les salga mal.
Channing Tatum encabeza este elenco como un obrero injustamente despedido de una empresa constructora que toma la decisión para poder seguir viendo a su hija, y lo acompañan Adam Driver como su hermano y Daniel Craig, como un presidiario experto en explosivos. Estos personajes terminan resultando queribles por los rasgos de humanidad que les imprimen a estos criminales. Y completan el elenco Seth Mcfarland (en un papel donde no luce sus dotes para la comedia), Katie Holmes, Riley Keough, Kathernie
Watterson y Hillary Swank.
Steven Soderbergh toma una decisión acertada al contar la historia como una comedia del estilo de “Los desconocidos de siempre” (I solity ignoti, Mario Monicelli 1958), porque en ambos casos los defectos de los personajes se ponen por sobre sus virtudes, y las situaciones humorísticas generadas por su comportamiento torpe aumentan el suspenso.
Otro aspecto a destacar es la estructura lineal de la trama, recurriendo al flashback en un único momento necesario, por lo que el espectador puede seguir sin ningún inconveniente el transcurso de los acontecimientos, que incluyen una gran cantidad de personajes y situaciones paralelas. Porque la utilización de efectos de montaje, como la pantalla dividida u otros recursos propios del videoclip, hubiesen confundido al espectador y restado el suspenso necesario para que esta película funcione.
En conclusión, “La estafa de los Logan”, al igual que “Sin nada que perder” (Hell or high watter, David Mckenzie 2016),nos cuenta la historia de un grupo de personas comunes que deciden hacer justicia por mano propia para vengarse de las políticas económicas injustas que los oprimen. Y resulta efectiva porque su director confía en la historia y la cuenta de una manera clásica, que hace que el espectador quede enganchado con la trama y quiera saber si los protagonistas van a poder o no cumplir su objetivo.
PATRICIO FERRO