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«Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald» (Fantastic beasts: the crimes of Grindelwald). Dirección: David Yates. Guion: J. K. Rowling. Protagonistas: Eddie Redmaine, Katherine Watertson, Dan Fogler, Ezra Miller, Jude Law y Johnny Depp. Duración: 134 minutos.
«Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald» es la secuela de «Animales fantásticos y donde encontrarlos» (Fantastic beasts and where to find it, 2016), ambas de David Yates, quien viene dirigiendo todas las películas del universo cinematográfico de Harry Potter desde «Harry Potter y la orden del Fénix»(Harry Potter and the Order of the Phoenix, 2007). Este episodio vuelve a estar protagonizado por el ganador del Oscar como Mejor actor Eddie Redmaine como el mago Newt Scamander, Katherine Watertson como Tina Goldstein, Dan Fogler como Jacob Kowalski, Ezra Miller como Creedence y se incorporan Jude Law como un joven profesor Albus Dumbledore y Johnny Depp como el villano Grindelwald.
La guionista vuelve a ser J. K. Rowling, autora de la saga de libros de Harry Potter, que amplia su universo escribiendo estas precuelas directamente para el cine. El protagonista en este caso es Newt Scamander, un mago introvertido que es enviado a París por Albus Dumbledore para volver a capturar a Grindelwald, un poderoso mago que busca dominar el mundo. Y lo hará con la ayuda de Tina Goldstein, su interés romántico, y su mejor amigo Jacob Kowalkski, que no es mago y cumple la función de comic relief, ya que toma el lugar del espectador, que se sorprende al descubrir cosas nuevas de este mundo mágico paralelo al nuestro.
Eddie Redmaine sigue estando muy bien como este mago científico convertido en héroe sin proponerselo y su química con Katherine Watertson hace que siga funcionando la subtrama romántica. También Jude Law esta muy bien como un joven profesor Dumbledore que oculta un secreto por el que no se anima a dejar Hogwarts. Y por ultimo tenemos a un Johnny Depp, que se roba la película como este villano Grindelwald, cuya actuación contenida hace que meta miedo con una frialdad en inteligencia que recuerda al Hannibal Lecter interpretado por Anthony Hopkins en «El silencio de los inocentes» (The silence of the lambs, Jonnathan Demme, 1991).
La dirección de fotografía vuelve a estar a cargo del ganador de un premio Oscar, Phillipe Roussellot, quien cambia los tonos cálidos de la primera película por tonos fríos e imágenes oscuras, para reflejar el peligro en que se encuentra el mundo con este villano suelto. A esto hay que sumarle los asombrosos efectos especiales, especialmente los de la primera escena donde se muestran la fuga de Grindelwald, y los combates donde los magos se lanzan hechizos. Y por supuesto esta la dirección de arte del tres veces ganador del Oscar Stuart Craig, recreando el París de entreguerras en este mundo mágico al que se accede entrando por un monumento.
En conclusion, «Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald» es una película en la que los efectos visuales están al servicio de la imaginación de J.K. Rowling y de su mundo mágico. Y el resultado es otra historia que nos sigue asombrando y deja la puerta abierta para tres películas en las que esperamos con ansia que se aten todos los cabos que quedaron sueltos.
PATRICIO FERRO