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¡Shazam! es la nueva película del DCEU (Universo extendido de DC comics) que trata sobre los orígenes del superhéroe del título, interpretado por Zachary Levi. Completan el elenco Asher Angel, como Billy Batson, Djimon Hounsou como el hechicero Shazam, Jack Dylan Grazer y Mark Strong, como el villano Doctor Sivana. Todos ellos dirigidos por David F. Sandberg.
Basado en los cómics creados por Bill Parker y C.C. Beck, que fueron muy populares durante la década del ’40 en los Estados Unidos, Shazam es el alter ego de Billi Batson, un adolescente al que el hechicero Shazam le da sus poderes, y con solo decir su nombre se convierte en un superhéroe adulto. Y en el transcurso de la película irá aprendiendo cuáles son sus superpoderes y cómo usarlos, para enfrentarse al Doctor Thaddeus Sivana, que fue rechazado por el hechicero por no tener un corazón puro y busca venganza liberando los siete pecados capitales, unos monstruos que estaban encerrados en estatuas para evitar que destruyan el mundo.
Como deja claro el argumento, la película vuelve a tratar el tema tan utilizado por este género en las películas sobre orígenes que es el comming of age, volviendo a tratar la cuestión de las responsabilidades que trae consigo el poder. Pero a diferencia de «Spiderman» (Sam Raimi, 2002), Sandberg opta por mantener el tono naif del comic original apuntando al público infantil. Pero se contradice al utilizar una propuesta estética similar a la del resto de las películas del DCEU que se caracteriza entre otras cosas por el uso de tonos oscuros. Y esto desconcierta al espectador adulto, porque si bien es consciente de que está viendo su protagonista, es en realidad un niño; hasta hay un homenaje a la película «Quisiera ser grande» (Big, Penny Marshall 1988), le cuesta generar empatía por el exceso de gags y la normalidad con la que se todos reaccionan frente a esto.
Otro aspecto de la puesta en escena que falla es en el diseño de producción, a cargo de Jennifer Spence, quien al igual que su director de fotografía Maxime Alexandre tienen una larga experiencia en el cine de terror, y la aplicaron a esta película con un argumento orientado al público infantil. Porque desaprovecha la libertad creativa que le permite este género, y esto se puede apreciar en lo poco creíble que se ve la guarida del hechicero, que parece un escenario teatral, restándole la verosimilitud mítica que necesitaba. Y el problema principal de esto es que deja en ridículo al personaje de Djimon Hounsu, quien cumple la función de explicarnos las nuevas reglas de este universo diegético.
En conclusión, ¡Shazam! es una película que no funciona porque busca ser entretenida para el público infantil, pero cae en el ridículo al utilizar la estética visual del resto de las películas del DCEU, caracterizadas por su solemnidad. Porque si bien al igual que en «Aquaman»(James Wan, 2018), su director proviene del cine de terror, pero no se animó a cambiar su estilo visual haciendo que resulte acorde a lo que le pedía el relato.
PATRICIO FERRO