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«It – Capítulo 2» (It: chapter two, Estados Unidos, Canadá, 2019). Dirección: Andy Muschietti. Guion: Gary Dauberman, basado en la novela de Stephen King. Protagonistas: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Harder, Isaiah Mustafa, Jai Ryan, James Ramsone, Andy Bean y Bill Skarsgård. Duración: 169 minutos.
«It – Capítulo 2» es, como su título indica, la continuación de «It (Eso)» (2016), que transcurre veintisiete años después con sus protagonistas adultos. La dirección vuelve a estar a cargo del argentino Andy Muschietti, y en esta ocasión cuenta con un elenco encabezado por James McAvoy y Jessica Chastain, acompañados por Bill Harder, Isaiah Mustafa, Jai Ryan, James Ramsone, Andy Bean y Bill Skarsgård, quien vuelve a interpretar al monstruoso payaso Pennywise.
Lo primero que vale la pena destacar es que esta película es la secuela de la entrega anterior, y mantiene una coherencia narrativa con la misma, a pesar de que difiere en muchos aspectos de la novela, escrita por Stephen King, y de la adaptación televisiva de 1990. Pero de todas formas tenemos una estructura dramática que alterna entre escenas en la actualidad con el grupo de los perdedores adultos y flashbacks en los que volvemos a verlos de niños. Porque la acción comienza cuando Mike Hanlon (Isaiah Mustafa) reúne al grupo de amigos para combatir de vuelta al malvado Pennywise, que vuelve a cometer una serie de asesinatos en el pueblo de Derry.
Otro aspecto a resaltar también es el casting, porque tanto James McAvoy como Jessica Chastain son los actores ideales para interpretar la versión adulta de Bill y Beverly respectivamente, ya que su parecido físico se ve en la comparación con los flashbacks. Y lo mismo ocurre con el resto del elenco, con la excepción de Jay Ryan como Ben, cuyo cambio físico llama la atención de sus amigos y define psicológicamente a la versión adulta de su personaje. Y para que al espectador le resulte verosímil el cambio de edad de sus personajes se recurre a diferentes trucos de montaje que logran sintetizar de forma natural la transición entre las dos épocas.
Desde el punto de vista técnico conviene resaltar también la fusión entre los efectos visuales prácticos y los realizados por CGI necesarios para construir las escenas donde Pennywise ataca a sus víctimas. Y en este caso, por contar con un presupuesto mayor, son mucho más elaboradas y efectivas, especialmente por sorprender al espectador en momentos inesperados, haciendo que lo que comienza con un jump scare se convierta en una secuencia de terror surrealista. Esto se debe a que este personaje se alimenta de los miedos de sus víctimas, y se da a entender en la imagen donde muestran que en 1989 el cine de Derry proyecta la película «Pesadilla 5: el niño de los sueños» (A nightmare in Elm street: the dream child, Stephen Hopkins, 1989).
Un último párrafo merece el uso de efectivo del humor, entre los que se destaca el humor negro de Pennywise, similar al de Freddy Krugger y las frases irónicas de Richie Tozier, que vuelve a cumplir la función de comic relief. Porque esto permite que la oscuridad del relato no caiga en una solemnidad excesiva que terminaría resultando contraproducente, y nos regala escenas gore que no tienen nada que envidiarle a los primeros trabajos de Sam Raimi y Peter Jackson, dos maestros del género de quienes seguramente Andy Muschietti aprendió la lección.
Finalmente, digamos que con «It – Capítulo 2» concluye este relato épico de terror, y que su director supo aprovechar el mayor presupuesto y su libertad creativa. Y si bien es cierto que se toma algunas libertades respecto de la novela original, estas no alteran la coherencia de la historia, y por eso lo mejor es evitar las comparaciones y dedicarse a disfrutar estas casi tres horas de buen cine de género.
PATRICIO FERRO