Visitas: 75
«El precio de la verdad» (Dark Waters, Estados Unidos 2019). Dirección: Todd Haynes. Guion: Mario Correa y Matthew Michael Carnahan, basados en un articulo escrito por Nathaniel Rich para The New York Times. Protagonistas: Mark Ruffalo, Anne Hathaway y Tim Robbins, Bill Camp, Victor Garber y Bill Pullman.
«El precio de la verdad» es la última película de Todd Haynes, basada en hechos reales relatados en un artículo del diario The New York Times. Y está protagonizada por Mark Ruffalo, que interpreta al abogado Rob Bilott, quien se enfrentó en los juzgados a la poderosa compañía química DuPont Corporation porque su contaminación ambiental afectó la salud de miles de personas. Completan el elenco los ganadores del Oscar Anne Hathaway y Tim Robbins, además de Bill Camp, Victor Garber y Bill Pullman, entre otros.
La historia cuenta los principales acontecimientos de este caso, separando a manera de capítulos lo ocurrido en cada año, por medio de créditos que lo indican sobre un fondo negro. Esto es fundamental porque sirve como guía al espectador, porque de esa forma logra ubicarse en el laberinto burocrático en el que se sumerge su protagonista, en esta versión realista de la metafórica «El proceso» (Le procès, Orson Wells 1962), basada en la novela de Franz Kafka.
Con «El precio de la verdad» Todd Haynes vuelve a tratar el tema de dos personajes que se enfrentan a sus respectivos entornos, sacando a la luz temas que eran considerados tabúes, no sexuales como en sus obras anteriores, pero que el poder establecido tiene igual de prohibidos. El primero de ellos es el granjero Wilburg Tennant, quien junta la información necesaria para demandar a esta poderosa empresa química que genera trabajo en su pueblo, y el segundo es el abogado Rob Bilott que cambia su postura de un abogado exitoso defensor de las corporaciones a principal querellante. Y también está Sarah Barlage Bilott (Hathaway), esposa del protagonista, quien se convierte en el punto de vista de los espectadores, testigo privilegiada de la lucha incansable de tantos años.
Por último, desde el punto de vista técnico vale la pena destacar también dos cosas; la primera de ellas es la fotografía, a cargo de Edward Lachman, colaborador habitual de su director, porque utiliza tonos fríos para describir este ambiente deshumanizado donde transcurre la mayor parte de la historia. Y el segundo es el montaje, a cargo de Affonso Gonçalves, cuyo poder de síntesis ordena el gran volumen de información para que resulte fluida, utilizando correctamente el recurso de montaje paralelo.
En conclusión, «El precio de la verdad» es un thriller judicial basado en hechos reales en el que la puesta en escena está orientada a cumplir su función testimonial. Y lo cumple satisfactoriamente, porque informa sobre la gravedad del caso manteniendo el suspenso necesario para captar la atención del espectador en todo momento.
PATRICIO FERRO