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Corazón loco (Argentina, 2020). Dirección: Marcos Carnevale. Guion: Adrian Suar y Marcos Carnevale. Protagonistas: Adrian Suar, Soledad Villamil, Gabriela Toscano, Alan Sabbagh, Darío Barassi y Betiana Blum. Duración: 108 minutos.
Corazón loco es una comedia argentina escrita por Adrián Suar junto con su director Marcos Carnevale, en la que Suar interpreta a un médico que lleva una doble vida. Y lo acompaña el elenco formado por Soledad Villamil, Gabriela Toscano, Alan Sabbagh, Darío Barassi y Betiana Blum, entre otros.
La historia está protagonizada por Fernando Ferro (Suar), un traumatólogo que tiene dos matrimonios paralelos, uno en Mar del Plata y otro en Buenos Aires, con los que comparte diferentes días de la semana. Pero el problema surge cuando sus esposas se enteran y llevan a cabo un plan de venganza. Dando lugar así a una segunda parte en la que, contrariamente a lo que se podía esperar, el relato decae por explicar y adelantarse a los gags en lugar de sorprender a los espectadores.
Desde el punto de vista técnico vale la pena destacar el uso de planos generales de lugares característicos de las ciudades de Buenos Aires y Mar del Plata, donde no faltan publicidades no tradicionales, para que el espectador argentino entienda donde está su protagonista. Así como también es acertado el uso de recursos extradiegéticos, como la pantalla dividida y los créditos que a modo de capítulo indican los días de la semana en los que transcurren las diferentes escenas.
Por ultimo hay que señalar el acierto de casting del trío protagónico, porque la personalidad nerviosa e hiperquinética de Adrián Suar es ideal para este papel con un alto nivel de estrés a causa de la vida que lleva. Así como Graciela Toscano y Soledad Villamil diferencian muy bien sus actuaciones, como dos personasopuestas que se unen en una causa común. Pero los que fallan son los personajes secundarios, Alan Sabbagh y Darío Barassi, quienes desaprovechan sus minutos en pantalla limitándose a cumplir la función de sparring.
En conclusión, Corazón loco es una comedia que no termina de funcionar porque se comete el mismo error que Mi obra maestra (Gastón Duprat, 2018), con la que comparte la misma estructura narrativa. Porque en ambos casos no se explota el potencial humorístico que tiene su historia, y se recurre a una serie de explicaciones que arruinan los gags. Y si bien puede resultar entretenida para ver en Netflix, queda la desilusión por volver a cometer el error tan común de nuestro cine de desaprovechar buenas ideas subestimando así al público.
PATRICIO FERRO