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Los juegos del hambre: la balada de pájaros cantores y serpientes (The Hunger Games: The Ballad of Songbirds & Snakes, Estados Unidos, 2023). Dirección: Francis Lawrence. Guion: Michael Lesslie y Michael Arndt, basados en la novela de Suzanne Collins. Protagonistas: Tom Blyth, Rachel Zegler, Peter Dinklage, Jason Scwartzman y Viola Davies. Duración: 157 minutos.
Los juegos del hambre: la balada de pájaros cantores y serpientes, es la última entrega de la franquicia de cuatro películas que conformaron «Los juegos del hambre», que a su vez adaptan las novelas homónimas de Suzane Collins. Francis Lawrence vuelve a hacerse cargo de la dirección, y está protagonizada por Tom Blyth como un joven Coriolanus Snow, y lo acompañan Rachel Zegler, Peter Dinklage, Jason Scwartzman y Viola Davies, entre otros.
La historia se desarrolla en un futuro distópico en el que se celebra la décima edición de «Los juegos del hambre», y a Coriolanus Snow le toca ser el mentor de Lucy Gray Bird (Zegler), una joven del Distrito 12 de Panem. De la cual se sentirá atraído, a pesar de ser consciente de que participa en este torneo que gana el único que quede con vida después de que todos sus contrincantes sean asesinados.
En primer lugar es necesario destacar el diseño de producción, a cargo de Uli Hanisch, que por tratarse de una precuela le da una estética vintage a los aparatos tecnológicos, dando a entender que son versiones anteriores de lo que se ve en el resto de la franquicia. Así como también el vestuario, de la nominada al Oscar Trish Summerville, que define a cada personaje por la forma en que se viste, lo que puede verse en el vestido gitano de Lucy, los sacos rojos con camisas sin cuello de los poderosos y los uniformes grises de los soldados.
Pero el principal problema radica en que los juegos del hambre, propiamente dichos, ocupan un lugar secundario dentro del relato, y se desarrollan durante el segundo acto. Siendo una trama más dentro de una variedad que se dispersa demasiado, con el objetivo de describir este futuro orwelliano. Lo que perjudica especialmente al tercer acto, que agrega minutos innecesarios que corren el riesgo de hacer perder el interés del espectador, para darle el lugar que no se le dio antes al romance entre sus protagonistas.
En conclusión, Los juegos del hambre: la balada de pájaros cantores y serpientes, tiene los mismos aciertos y defectos que sus predecesores en la franquicia. Con un universo diegético sólidamente construido, y escenas de violencia explícita que marcan la diferencia del resto del género. Pero también con una trama demasiado dispersa, y una duración extensa que corre el riesgo de ahuyentar a los que no son fanáticos.
PATRICIO FERRO