LA ZONA DE INTERÉS

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La zona de interés (The Zone of Interest, Estados Unidos, Reino Unido, Polonia 2023). Dirección: Jonathan Glazer. Guion: Jonathan Glazer y Martin Amis. Protagonistas: Christian Friedel, Sandra Hüller, Medusa Knopf, Daniel Holzberg, Sascha Maaz, Max Beck, Wolfgang Lampl, Ralph Herforth y Freya Kreutzkam. Duración: 105 minutos.

Ser distinto en cualquier ambiente es difícil. El mundo cada vez más globalizado nos expone a lo ‘fast-food’ de la vida. Si mostrás algo mínimamente complejo (en el caso del arte) sos tildado de pretencioso y a veces es cierto. Pero esa consideración debe hacerse si el producto es malo o no cumple con la supuesta complejidad que acusa. Es por eso que la crítica valora un poco más la obra de este realizador, el cual tiene trabajos de su autoría con este rótulo. Ya desde sus videoclips podíamos ver una línea de pensamiento a la hora de contar una historia de una manera que se diferenciaba a lo que se acostumbraba en ese ámbito musical. Ejemplos de esto son: «Karma police» de la banda Radiohead o «Rabbits in your headlights» de U.N.K.L.E. (donde presta su voz el cantante de la agrupación ya mencionada).

Sin embargo lo fácil de digerir es lo que gran parte del público elije consumir cuando quiere despejarse. Ojo yo también, pero debo apreciar todo tipo de cine y esa es la clave. Nutrirse de la variedad y saber reconocer el talento; incluso si no nos llega.

¿Podrá, en esta ocasión, conformar al público más ‘mainstream’?

Rudolph es un comandante que es trasladado, junto a su familia, a Auschwitz a seguir con su trabajo en plena «Segunda Guerra Mundial». La nueva casa tiene un jardín lindero a una zona donde se escucha una realidad muy diferente a la de estas personas.

Desde la puesta en escena y los primeros segundos buscará perturbarnos. Hay quienes dirán que se quedó en el tiempo porque ya vio decenas de films así. Otros estarán en una posición más reticente por lo que la verán como comenté más arriba; también habrá de esos que este tipo de cine les parece un embole ya que no hay tripas, ni actos explícitos a los que nos tiene acostumbrados el género bélico. Más bien es una propuesta que te tiene que entrar por los oídos, la imagen no es un simple condimento pero es el contraste perfecto para los que no sólo vemos un lado de las cosas. Se sabe que a la gente no le suele gustar que la pongan en esa postura.

Si captaste esto último sin duda te parecerá un recorrido fascinante, cansino, atroz (en el buen sentido) y te llevará a la reflexión de la vida. Porque Jonathan te muestra esos tiempos, pero podría ser tranquilamente otro tipo de relato con las mismas técnicas y llevarte a la misma advertencia.

Es posible que si tenés problemas auditivos o de ansiedad no sea lo mejor opción para vos.

En cuanto a las actuaciones más que destacar la de Christian Friedel quiero resaltar la interpretación de Sandra Hüller que vuelve a tener otro rol donde la «rompe»; los diálogos que tiene con otras mujeres y sus decisiones son lo que quiere el director que veamos como espectadores.

Algunas escenas parecerán no tener sentido, pero si las pensamos y nos comprometemos le encontraremos una lógica y un por qué.

En pocas palabras es un largometraje complicado para muchos, no porque no lo entiendan sino porque hace más de cuatro décadas que el escuchar al otro no estaría siendo una prioridad de interés para quienes se dejan llevar por la frivolidad que sigue matando a día hoy, ahí está el verdadero calvario y horror.

GUILLERMO VERÓN

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