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La inocencia (Kaibutsu, Japón 2023). Dirección: Kore-eda Hirokazu. Guión: Yûji Sakamoto. Protagonistas: Sakura Andô, Eita Nagayama, Soya Kurokawa e Hinata Hiiragi. Duración: 127 minutos.
La inocencia es el último trabajo del realizador japonés Kore-eda Hirokazu, quien vuelve a su país natal para brindarnos otro de los dramas costumbristas que caracterizan su obra. Y está protagonizada por Sakura Andô, Eita Nagayama, Soya Kurokawa e Hinata Hiiragi, entre otros.
La película se divide en tres actos claramente diferenciados, cada uno de ellos protagonizado por un personaje diferente, que ofrece su punto de vista para que, a la manera de «Rashomon» (Akira Kurosawa, 1950), el espectador pueda reconstruir los hechos. Y es así como primero se nos cuenta la historia de Saori (Andô), una madre que lucha contra la violencia que sufre Minato, su hijo, a manos del profesor Hori (Nagayama). Para pasar a un segundo en el que vemos lo que ocurre desde el punto de vista del acusado, para darnos cuenta que la realidad es otra. Y concluir en un tercero, protagonizado por el niño, donde entendemos que es lo que realmente ocurre.
Por eso es necesario destacar que lo que hace funcionar esta película en particular, así como la obra de su director en general, es la construcción de empatía, que permite que el espectador conecte rápidamente con los personajes. Y para ello son fundamentales los sutiles pasos de comedia, especialmente del segundo acto, que permiten liberar la angustia, y evitar los golpes bajos y su efecto contraproducente a la hora de describir estas situaciones delicadas. Además de ser un gran director de actores infantiles, algo que ya había sido demostrado previamente, por hacerlos interpretar a sus personajes con una verosimilitud que hace parecer natural su comportamiento frente a la crisis que afrontan.
En conclusión, La inocencia es una película que al igual que la reciente «Close», relata la complejidad del paso de la niñez a la adolescencia, demostrando así que los problemas humanos siempre son los mismos, a pesar de la diferencias geográficas y culturales. Consagrando además a Kore-eda Hirokazu como uno de los mejores directores de la actualidad, que bien merecido tuvo la Palma de Oro de Cannes, por demostrar una vez más que con el costumbrismo también se pueden hacer obras maestras.
PATRICIO FERRO