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“Intensa-mente 2” (Inside Out 2, Estados Unidos, 2024). Dirección: Kelsey Mann. Guión: Meg LeFauve y Dave Holstein. Protagonistas: Amy Poehler, Maya Hawke, Adèle Exarchopoulos, Diane Lane y Paul Walter Hauser. Duración: 96 minutos.
Si hay una película que fascinó a todo el mundo en su momento, fue Intensa Mente. Mostrando una premisa (en apariencia) original, no fueron pocos los que se quedaron encantados con Riley y las emociones que la controlaban. Y ahora, años después, y para sorpresa de todos, nos llega su secuela, titulada Intensa Mente 2.
Nuestras emociones siguen a cargo de Riley, quien está terminando el colegio junto a sus mejores amigas. Pero todo se vuelve a descalabrar, cuando lo que parecía ser un fin de semana de chicas y prácticas de hockey, se convierte en una despedida para dicho grupo. Y para colmo, Riley está entrando en la pubertad.
Antes de continuar con la reseña de Intensa Mente 2 tengo que confesar que nunca fui fan de la primera entrega, y que, a riesgo de un linchamiento, hasta la siento un poco inflada. Con eso en mente, y con pocas expectativas para esta secuela, debo decirles que la película me resultó entretenida y buena, aunque carente de originalidad.
Si, se nos presentan nuevas emociones (Ansiedad, Vergüenza, Envidia y Wiwi), pero la historia a grandes rasgos, no deja de ser un calco de la primera parte, con Riley teniendo que dar un salto en su crecimiento, y sufriendo un cambio drástico en su vida, que la va a sacar de su zona de confort. En lo personal, creo que el guión es lo más flojo de Intensa Mente 2, ya que se nota bastante reciclado de otras producciones de la misma Disney/Pixar.
Eso sí, la animación da un paso adelante bastante notorio. Las escenas en la mente de Riley si, son alucinógenas en su mayoría (e incluso se animan a meter animación tradicional), pero todo lo que sucede en el mundo real, es para quitarse el sombrero. Si bien se mantiene el estilo cartoon de la primera, es en los detalles (las texturas, por ejemplo), donde se nota la mejoría en este apartado.
Otro punto a favor, es que contrario a la mayoría de las producciones actuales, Intensa Mente 2, no da vueltas a nivel argumental, y va directo a lo que quiere contar. Es decir, no dura unas innecesarias dos horas y media, algo que parece ser la norma actual; alcanzando apenas la hora y cuarenta de metraje. Lo justo y necesario.
En conclusión, Intensa Mente 2 es una buena secuela, pero peca de ser muy continuista. Sin salir de su zona de confort, copia lo bueno de su anterior entrega, lo recicla y lo da con un lavado de cara. No busquen más que eso.
JORGE MARCHISIO