GUERRA SIN REGLAS

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Guerra sin reglas (The Ministry of Ungentlemanly Warfare, Estados Unidos, Reino Unido, Turquía 2024). Dirección: Guy Ritchie. Guion: Paul Tamasy, Eric Johnson, Arash Amel y Guy Ritchie, basados en la novela de Damien Lewis. Protagonistas: Henry Cavill, Eiza González, Til Schweiger, Babs Olusanmokun, Anders Lassen y Cary Elwes. Duración: 120 minutos.

Guerra sin reglas es la última película de Guy Ritchie, que vuelve al cine bélico para contar una historia basada en hechos reales que transcurre durante la Segunda Guerra Mundial. Y tiene un elenco encabezado por Henry Cavill, acompañado de Eiza González, Til Schweiger, Babs Olusanmokun, Anders Lassen y Cary Elwes, entre otros.

La historia, basada en hechos reales y basada en la obra de Damien Lewis, se centra en un escuadrón suicida británico, comandado por Gus March-Phillips, con la misión no oficial de infiltrarse detrás de las líneas enemigas durante la Segunda Guerra Mundial. Con el objetivo de hundir un barco que abastecía a los submarinos nazis, y permitir el acceso a los suministros de Estados Unidos destinados a Inglaterra.

En primer lugar, es necesario destacar la influencia de “Bastardos sin gloria” (Inglorious bastards, Quentin Tarantino, 2024) por encima de las otras tantas películas sobre escuadrones suicidas durante la Segunda Guerra Mundial. No solo por sus similitudes argumentales, lo que resulta entendible por abordar un subgénero cinematográfico, sino que también por el humor irónico, con gags que no siempre funcionan, y la violencia catártica que libera la tensión acumulada previamente. Y hasta la construcción de personajes, Heinrich Luhr (Schweiger), único personaje medianamente bien construido, que suplanta al Hans Landa de Christoph Waltz, como un villano antisemita y carismático que seduce a la agente encubierta Marjorie Stewart (González).

Así como también es necesario destacar que su director abandona su su estilo característico, plagado de explicaciones extra diegéticas y anti climáticas, en función de una puesta en escena clásica. Priorizando así las reglas y clichés del género por sobre los efectos de edición propios del videoclip, haciendo fluir la historia de manera natural, y manteniendo entretenido al espectador.

En conclusión, con Guerra sin reglas, es otra clara demostración de que Guy Ritchie es un director más interesante cuando abandona su marca autoral en función de un producto convencional. Que si bien cumple su función de entretener, deja en claro que el material tenía un potencial enorme como para convertirse en una obra maestra del género que quedó sin ser explotado. 

PATRICIO FERRO

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