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Esta crítica fue publicada en la página Locoxelcine.com
No hables con extraños (Speak no evil, Estados Unidos, Croacia Canadá 2024). Dirección: James Watkins. Guion: James Watkins, Christian Tafdrup y Mads Tafdrup. Protagonistas: James McAvoy, Mackienze Davis, Scoot McNairy, Aisling Franciosi, Alix West Lefler y Dan Hough. Duración: 110 minutos.
No hables con extraños es la remake de la película danesa homónima del 2022, con James Watkins en lugar de Christian Tafdrup a cargo de la dirección. Y cuenta con un reparto encabezado por James McAvoy, acompañado de Mackienze Davis, Scoot McNairy, Aisling Franciosi, y los actores infantiles Alix West Lefler y Dan Hough.
La historia se centra en el matrimonio Dalton, que van de visita a la granja del matrimonio de Paddy (McAvoy) y Chiara (Franciosi), a quienes conocieron durante las vacaciones. Pero lo que comienza como una relación amistosa se termina convirtiendo en una pesadilla psicológica, cuando descubren quienes son sus anfitriones en realidad.
En primer lugar, es necesario destacar que se trata de una película que utiliza el tópico del pez fuera del agua dentro del género de suspenso, en el que este va in crescendo hasta explotar hasta hacer estallar la violencia de golpe en el tercer acto, como ocurre en «El resplandor» (The Shining, Stanley Kubrick 1980). Y si bien hacen bien en mostrar indicios que mantienen alerta al espectador en lugar de dar explicaciones, en el que las sutilezas del diseño de producción cumplen un rol fundamental, la tensión acumulada por las diferentes situaciones incómodas se van diluyendo con la espera de las escenas de violencia que las liberen.
Un párrafo aparte merece el trabajo de James McAvoy, quien se asegura su lugar en esta temporada de premios, como este personaje cuya violencia contenida puede apreciarse tanto en los primeros planos como en su impulsividad extrema, generando situaciones socialmente incómodas antes de explotar. Y que se opone al comportamiento estructurado que genera la crisis en la familia Dalton, y que motiva esta visita al campo.
En conclusión, No hables con extraños es una remake que parte de una idea atractiva, pero que falla al liberar recién en el tercer acto la tensión que se acumula en los primeros dos. Siguiendo la tradición de clásicos de los thriller rurales, como «Perros de paja» (Straw dogs, Sam Peckimpah 1971) donde la belleza del paisaje contrasta con la oscuridad de sus personajes.
PATRICIO FERRO