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Lo que quisimos ser (Argentina, 2024). Guión y dirección: Alejandro Agresti. Protagonistas: Luis Rubio, Elenonora Wexler, Antonio Agresti, Carlos Gorosito y Juan Carlos Kuznir. Duración: 84 minutos.
Lo que quisimos ser es la última película de Alejandro Agresti, quien vuelve al cine argentino tras nueve años de ausencia. Y está protagonizada por Eleonora Wexler, y el humorista Luis Rubio, acompañados de Antonio Agresti, Carlos Gorosito y Juan Carlos Kuznir.
La trama, que tiene puntos en común tanto con «El próximo año, a la misma hora» (Same Time, Next Year, Robert Mulligan, 1978) como con «La casa del lago» (The lake house, 2006) única experiencia de Agresti en Hollywood, se centra en Beto (Rubio) e Inés (Wexler), dos hombres maduros que entablan una relación amorosa juntándose todos los jueves a la noche en el mismo bar. Pero con la particularidad de no contarse quienes son realmente, sino quienes hubieran querido ser, evitando todo tipo de información real que los pueda delatar.
En primer lugar, es necesario destacar al humorista Luis Rubio, que se aleja de los personajes paródicos que lo llevaron a la fama en televisión, para interpretar a este hombre solitario que trabaja en una librería del barrio de Caballito. Porque no busca el gag fácil, sino que aprovecha su carisma para generar empatía con el espectador, sacando el máximo provecho de su química con Eleonora Wexler, en el mejor papel de su carrera.
Así como también es necesario destacar las sutilezas con las que se maneja su director, eligiendo que mostrar y que dejar fuera de campo, en lugar de recurrir a golpes bajos, o explicaciones anticlimáticas para sumar minutos innecesarios. Eso explica la abundancia de primeros planos y de detalles, como la alianza en la mano de Inés en el primer encuentro, que mantiene activo al espectador elaborando teorías sobre quienes son realmente estos personajes.
En conclusión, Lo que quisimos ser es la mejor película de Alejandro Agresti, que llega en un momento de madurez obtenido después de una larga trayectoria en la que abarcó diferentes tipos de proyectos con resultados desparejos. Porque, al igual que con «Valentín» (2003), se nota y se agradece que sea una de su obras más personales, en la que muchos de sus acontecimientos narrados si no son autobiográficos, seguro forman parte de él mismo pudo haber querido ser.
PATRICIO FERRO