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«Dunkerque» (Dunkirk, Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Holanda, 2017). Guión y dirección: Christopher Nolan. Protagonistas: Tom Hardy, Kenneth Brannagh, Marc Rylance, Cyllian Murphy, James D’arcy y Fionn Witehead. Duración: 106 minutos. Apta para mayores de 13 años.
«Dunkerque» es la nueva película escrita y dirigida por Christopher Nolan, en la que aborda por primera vez el género bélico. Para ello cuenta con un gran elenco, formado por los actores británicos Tom Hardy, Kenneth Brannagh, Marc Rylance, Cyllian Murphy, James D’arcy y el debut cinematográfico de Fionn Witehead, entre otros.
La película relata la Operación Dínamo, en la que 300.000 soldados de las fuerzas aliadas fueron evacuados de las playas de Dunkerque, durante la Segunda Guerra Mundial, mientras se encontraban acorralados por el ejército alemán. Y en su afán por sobrevivir algunos sacan a la luz lo mejor y otros lo peor de sí mismos, y esto es lo que verdaderamente le interesa contar a Christopher Nolan, y es quizás la razón por la que mantiene a las tropas enemigas fuera de campo. Este es un tema recurrente en sus últimas tres películas, pero esta es la primera vez que lo aborda en un hecho histórico, después de haberlo tratado en el universo del comic con «El caballero de la noche asciende» (Dark knight rises, Christopher Nolan, 2012) y de un futuro apocalíptico con «Interestelar» (Interestellar, Christopher Nolan, 2014).
Para contar esta historia Nolan divide la película en tres bloques: una semana en la tierra, un día en el mar y una hora en el aire, que se alternan de manera aleatoria para reforzar la idea del caos de la guerra. Y la falta de un protagonista que lleve a cabo la acción principal se explica porque a Nolan le interesa, al igual que a Sergei Eisenstein en «El acorazado Potenkim» (Bronenosets Potemkin, 1925), contar el comportamiento de un pueblo ante esta situación crítica, y de ahí toma influencia para construir las escenas de movimientos masivos de gente.
Vale la pena destacar el realismo documental de la fotografía, a cargo de Hoyt Van Hotema, porque logra que el espectador pueda experimentar la angustia que se busca transmitir desde la puesta en escena. Otro recurso fundamental para transmitirla es la banda sonora, a cargo de Hanz Zimmer, su colaborador habitual, que utiliza como base el «tic tac» de un reloj acelerado y constante que nos transmite una sensación de ansiedad.
Un párrafo aparte merece, pues, el sonido, porque es el que nos hace notar el acoso constante del enemigo al acecho. La interacción entre el campo visual y el fuera de campo, construido mediante el sonido, es contante y necesaria, ya que los diálogos se utilizan como un recurso sonoro más. Esta austeridad de los diálogos es paradójicamente también una idea tomada del cine mudo, donde las palabras eran transmitidas en carteles que no se podían detener en largas explicaciones porque resultaban anticlimáticas.
En conclusión, «Dunkerque» es una película de guerra con una puesta en escena realista, que al igual que la ganadora del Oscar a Mejor película de habla no inglesa del 2015 «El hijo de Saúl» (Saul fia, Lászlo Nemes, 2015), busca retratar las distintas reacciones de personas acorraladas durante la guerra, y en la que salen a la luz actitudes heroicas o miserables. Quizás la aleatoriedad cronológica de las escenas le juegue en contra, pero vale la pena verla, porque se puede disfrutar como una experiencia cinematográfica impresionista.
PATRICIO FERRO
Una espectacular y muy estremecedora hazaña audiovisual que pone de manifiesto los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Una experiencia que, no obstante, creemos que no está exenta de ciertas deficiencias narrativas que afectan a sus personajes y al propio desarrollo de la película. Sea como fuere, Dunkerque es una obra que merece ser disfrutada por sus valores visuales y dirección.
Un saludo y buena crítica.