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«Godzilla II: el rey de los monstruos» (Godzilla: king of the monsters, Estados Unidos, Japón 2019). Dirección: Michael Dougherty. Guion: Michael Dougherty, Sach Shields y Max Borenstein. Protagonistas: Kyle Chandler, Vera Farmiga, Milly Bobby Brown, Zishi Zhang, Ken Watanabe, Sally Hawkings y David Strathairn. Duración: 131 minutos.
«Godzilla II: el rey de los monstruos» es la secuela de «Godzilla» (Garreth Edwards, 2014), segunda remake americana del clásico homónimo de 1954 dirigido por Ishirô Honda que dio lugar a una franquicia basada en este monstruo. En esta ocasión su director es Michael Dougherty, y está protagonizada por Kyle Chandler, Vera Farmiga, Milly Bobby Brown y Zishi Zhang. Además de contar con el retorno de los nominados al Oscar Ken Watanabe, Sally Hawkings y David Strathairn.
En este caso, la corporación Monarch debe ayudar a Godzilla a combatir a su némesis, un monstruo de tres cabezas conocido como el Rey Ghidorah, liberado por una organización terrorista. Lo que trae como consecuencia que otra serie de monstruos gigantescos resurjan a la faz de la tierra, poniendo a la raza humana al borde de su extinción.
El principal problema que tiene «Godzilla II: el rey de los monstruos» es su excesiva solemnidad, porque si bien estamos hablando de una película apocalíptica que responde a las reglas del cine catástrofe, hace falta un personaje secundario que actúe como comic relief para que esta sea tomada más en serio. Porque esta solemnidad excesiva hace que termine resultando ridículo, por ejemplo, ver al personaje de David Strathairn explicando la estrategia militar para combatir a estos monstruos. Además, a diferencia de King Kong, por ejemplo, este monstruo no genera ninguna empatía con el espectador, y por eso se le da mayor cantidad de tiempo en pantalla a los humanos, en especial a Milly Bobby Brown, que al ser una niña genera un mayor suspenso frente a esta situación apocalíptica.
Un párrafo aparte merece lo más destacable que tiene esta película, que es su fotografía, a cargo de Lawrence Sher, y el uso de los diferentes filtros de color de acuerdo a cada locación. Es así como tenemos una Antártida teñida de tonos azulados, un México con tonos amarillentos o una selva donde predominan los tonos verdosos. Así como también vale la pena destacar el excelente trabajo de efectos visuales, que hacen que sean asombrosamente verosímiles cada uno de los monstruos, copiados con exactitud de las diferentes películas japonesas en las que fueron apareciendo. Pero esto también es posible por el muy buen trabajo de montaje, en el que un buen uso del fuera de campo permite que el espectador reconstruya en su cabeza estos combates.
En conclusión, «Godzilla II: el rey de los monstruos«, es otra incursión de Hollywood en este subgénero de la ciencia ficción nacido en Japón llamado Kaiju, utilizando a Godzilla, su personaje más icónico. Pero su resultado no es tan interesante como lo fue Titanes del Pacifico (Pacific Rim, Guillermo del Toro, 2013), porque se toma demasiado en serio a sí misma y no se permite jugar con esta idea, que al fin y al cabo es lo que todos esperábamos ver.
PATRICIO FERRO